La conversión de una extrovertida
Soy la mas chica de una familia de seis. Todos con el superpoder de tener un carisma altísimo y la facilidad de hacer amigos. Un almuerzo en mi casa siempre es un bullicio, todos haciendo chistes, contando anécdotas, incluso a veces hay algún amigo colado que fue invitado de improviso. En esta casa me crie y definí como persona extrovertida.
A lo largo de los años el ser extrovertida me ha dado muchísimos beneficios, siempre lo sentí como algo bueno para mi misma. Porque, como sabemos, el mundo un poco le pertenece a los extrovertidos. Incluso yo soy de ese tipo de extrovertida que busca a introvertidos para agregar a las conversaciones, los adopto y me tomo un poco la responsabilidad de hacerlos sentir incluidos.
Es así, siempre fui la extrovertida prototipo, cumplía todos los parámetros. Hasta el nivel que en la adolescencia no le decía que no a ningún plan, llegaba a tener cuatro salidas con gente diferente en un día.
Pero, aun así, también era una persona que le encantaba estar sola, hacer planes sola, tener citas conmigo misma. Detrás de toda esa extroversión siempre hubo una persona con bajo autoestima, entonces de vez en cuando tenía que hacer un service para cuidarme.
Esto fue así por años, hasta los 26 aproximadamente.
De pronto descubrí que estaba incomoda. Que ya no quería decirle si a todo y que ahora quería elegir los planes a mi gusto. Fue una victoria para mi adultez. Sentí que había encontrado un equilibrio, incluso en mis grupos de amigos, tenia a los introvertidos con los que podía descansar de tanto estímulo y las extrovertidas con las que me llenaba de energía. Funcionaba perfecto.
Hasta que me mudé. Y mi barrita se rompió.
La extrovertida se canso de participar en todo y decidió que se tomaba vacaciones. Dejando de turno a una persona insegura, con mucha menos energía y lo mas raro de todo, con una barrita social muchísimo más pequeña.
De pronto ya ningún plan me parece bien. El hecho de juntarme con gente o socializar me da muchísima flojera. Y creo que lo peor de todo es que siento culpa de esto, ya que el no socializar es algo que realmente quiero hacer. Me gusta estar sola.
Mi mayor miedo es perder mi superpoder de extrovertida, pero a la vez, me gusta esta persona que quiere vivir más lento, y que encuentra placer o anécdotas en cosas mas pequeñas. Es un debate en donde un extremo y otro me presentan los beneficios de cada uno. Pero no estoy encontrando nada en el medio.
Estoy en un limbo de no saber si tengo que obligarme a socializar o si en realidad necesito estar sola hasta que tenga ganas de salir a encontrarme con todo el mundo.
¿y si esas ganas no llegan nunca? ¿y si me vuelvo introvertida?
Espero que les haya gustado la entrada de hoy, voy a intentar hacer mi entrada semanal. Para mantenerlos actualizados no solo en instagram jaja. Besos Yimi.








Que genial tener esa flexibilidad!!